Salud y Nutrición

Hablemos de Nutrición

COME SANO, COME PESCADO

El hábito de consumir alimentos saludables a través de una dieta sana y equilibrada es uno de los aspectos más importantes para poder llevar adelante una buena calidad de vida, esto se debe a que proporciona una mejora en la salud y, por lo tanto, un mayor bienestar. Desarrollamos nuestros productos considerando a la alimentación mas allá de términos nutricionales, sino que también teniendo en cuenta factores inherentes a la calidad, la inocuidad, el medio ambiente y por el placer que genera consumir pescado.
Aunque Argentina no es un país en el cual el consumo de pescados o mariscos por habitante es elevado, durante los últimos años se ha producido un cambio de hábitos caracterizado por el aumento en el consumo de productos provenientes de la pesca y la acuicultura.
Es por eso que una actitud responsable al momento de adquirir y consumir estos productos resulta beneficiosa no solo para los consumidores sino también para todos aquellos que de alguna u otra manera están vinculados con la cadena de producción y comercialización.

EL VALOR NUTRITIVO DEL PESCADO

Los pescados, en general, presentan un contenido calórico bajo, son buenas fuentes de proteínas de alto valor biológico, aportan vitaminas tanto hidrosolubles como liposolubles, así como algunos minerales.
Además, muchas especies son ricas en ácidos grasos poliinsaturados omega-3, cuyo beneficio para la salud cada vez es más patente. El valor nutritivo va a depender de diferentes variables como la especie, la edad, el medio en el que vive, la alimentación o incluso la época de captura.
Sus nutrientes principales:
Proteínas
Su contenido proteico varía entre el 15 al 24% en función del tipo de pescado. Las proteínas son de alto valor biológico, al contener aminoácidos esenciales para la vida, particularmente metionina, cisteína, treonina, lisina (imprescindible para el crecimiento de los niños) y triptófano (imprescindible para la formación de la sangre).
Grasas
Su contenido varía entre un 0,1% y un 15%. Las grasas de muchas especies, principalmente de pescado azul, se caracterizan por su composición en ácidos grasos poliinsaturados omega.3, y en concreto ácido docosahexaenoico (DHA) y acido eicosapentaenoico (EPA), que en la actualidad se relacionan con la disminución de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Minerales y vitaminas
Presentan cantidades relevantes de minerales fósforo, potasio, calcio, sodio, magnesio, hierro, yodo y cloro. Con relación a las vitaminas, se destacan las del grupo B (B1, B2, B3 y B12), la A, D y en menor proporción la E.

LOS 2 GRANDES GRUPOS DE
PESCADOS: GRASOS Y MAGROS.

Los pescados se clasifican como de mar (de agua salada) y de río (de agua dulce), sin embargo, también se los diferencia por su contenido de grasa, por eso es que los llamamos pescados blancos (magros) o azules (grasos). Se distingue entre los pescados azules y los blancos.
Pescados azules o grasos:
Según las especies, su contenido en grasa puede alcanzar hasta el 10% (la sardina, por ejemplo, alcanza entre un 8 y 10%). Esta grasa, rica en ácidos grasos poliinsaturados, se almacena debajo de la piel y en la carne oscura del pescado. Pertenecen a este grupo la sardina, la caballa, el jurel, el atún, el bonito, el salmón, el pez espada y el gatuzo.
Pescados blancos o magros:
Es el alimento ideal para personas que llevan adelante regímenes especiales, esto se debe a que posee la particularidad de contener un porcentaje relativamente alto de proteínas y un bajo contenido en colesterol y otras grasas: así aporta a nuestro organismo la mayoría de los aminoácidos esenciales. Su contenido en grasa no sobrepasa el 2,5%. Algunos ejemplos de este tipo de pescados son la merluza, el lenguado, el gallo, el bacalao, el abadejo y la pescadilla, entre otros.

LOS BENEFICIOS DE LOS ALIMENTOS
SIN SAL AGREGADA Y BAJO EN SODIO

El sodio es un nutriente esencial necesario para mantener el funcionamiento normal de las células y los impulsos nerviosos pero su consumo en exceso tiene consecuencias nefastas para la salud. Las dietas con alto contenido de sodio están asociadas con un mayor riesgo de desarrollar presión arterial alta, que es la principal causa de accidentes cerebrovasculares y enfermedad cardiovascular. El sodio atrae el agua, y una dieta alta en sodio agrega agua al flujo sanguíneo, lo cual puede aumentar el volumen de la sangre y posteriormente la presión sanguínea. Esto hace que el corazón trabaje más duro, y la alta potencia del flujo sanguíneo puede dañar las arterias y algunos órganos (como el corazón, los riñones, el cerebro y los ojos).
El sodio se encuentra en estado natural en diversos alimentos, como la leche, la carne y los crustáceos. A pesar de lo que piensa mucha gente, la mayoría del sodio dietético (más del 70%) proviene del consumo de alimentos envasados y preparados, como el pan, los productos cárnicos procesados, snacks y condimentos, y no de la sal de mesa que añadimos a la comida mientras cocinamos o comemos.

El suministro de alimentos contiene demasiado sodio con lo cual se puede reducir la ingesta diaria de sodio eligiendo adecuadamente aquellos alimentos que se rotulen como “SIN ADICIÓN DE SAL” “SIN SAL AGREGADA” o el más estricto de todos, los alimentos “BAJOS EN SODIO”.

Por eso hay que considerar que un alimento “sin sal adicionada y/o agregada” no es un producto “libre de sodio” ya que puede tener aporte de sodio a través de otros ingredientes, como por ejemplo sales de sodio utilizadas como aditivos. Por ejemplo, para la conservación de langostinos se realiza con la adición de Metabisulfito de Sodio.
La OMS recomienda consumir menos de 5 gramos (un poco menos que una cuchara de té) de sal por día.
Estas recomendaciones se aplican a todos los adultos, hipertensos o no (incluidas las mujeres embarazadas y lactantes)
Fuente: OMS

LOS BENEFICIOS DE LOS
ALIMENTOS RICOS EN OMEGA 3

Los ácidos grasos poliinsaturados, el linoleico (omega 6) y el linolénico (omega 3) son ácidos esenciales, ya que se adquieren exclusivamente por la dieta, dado que nuestro organismo no los puede sintetizar. Estos ácidos grasos son especialmente importantes para el crecimiento y desarrollo normal del feto y de los lactantes, y en particular, para el desarrollo del cerebro y de la agudeza visual. Por lo tanto, las mujeres deben consumir, de manera suficiente, estos ácidos grasos esenciales durante el embarazo y la lactancia.
¿Dónde encontrarlos?
La fuente principal del ácido linolénico (omega 3), son los pescados y los aceites de semillas como girasol, maíz y soja, así como las almendras y el maní vegetales. El ácido linoleico (omega 6) se encuentra en: frutos secos, germen de trigo, cereales, semillas, los aceites de girasol, maíz, soja entre otros.
Entre los ácidos grasos omega 3 se destacan por sus funciones:
-El docosahexaenoico (DHA) como neuroprotector, que es muy importante para el desarrollo del sistema nervioso, el cerebro y la visión del niño desde su gestación.
-El eicosapentaenoico (EPA) como cardioprotector, que protege de las enfermedades del corazón porque ayuda a disminuir el colesterol en la sangre y evita la formación de coágulos en las arterias.

Se resalta la importancia de incorporar pescado, y cuanto más graso es, más aporte de omega 3.
chevron-right-circle